Reflexiones de Cuaresma 2022
Más que en cualquier otra parte del evangelio, el pasaje que describe a algunos de los discípulos de la comunidad que formó Jesús visitando su tumba destaca el papel y la autoridad de las mujeres.
Habían visto a Jesús en la cruz, estuvieron en el entierro, prepararon las especias para su unción y dieron el primer testimonio visual del sepulcro vacío. Escucharon también la sorprendente noticia de los dos hombres con ropas deslumbrantes que encuentran en el sepulcro. (Excepto que no eran ni hombres ni mujeres sino ángeles).
¿Por qué buscar entre los muertos a alguien que está vivo? Él no está aquí; ha resucitado. Acordaos de lo que os dijo cuando estaba en Galilea…
Recordaron y fueron directamente a decírselo a los once discípulos restantes, quienes rechazaron lo que decían por considerarlo absurdo. Excepto Pedro que corrió hacia la tumba, la encontró vacía y volvió a casa asombrado. Las mujeres fueron las primeras testigos y las primeras comunicadoras de la Resurrección. El cristianismo comienza con ellas.
Éste es un aspecto sorprendente de la historia de la Resurrección. Indica que lo que suceda a través de él no se limitará a Jesús y su pequeña comunidad disfuncional. Se extenderá por todas partes como un incendio forestal que comienza con un fósforo o como una pandemia que se inicia con un solo microbio. Dondequiera que vaya, sacudirá los cimientos del poder y del orgullo. Traerá la enseñanza y el espíritu vivo de Jesús para desafiar y cambiar nuestra visión de la realidad y nuestra forma de vivir.
En nuestro mundo dividido y violento, en Jerusalén, Kiev y Moscú, es nuestra esperanza inagotable y nuestra verdadera paz.
Que nuestras primeras palabras para todos hoy sean:
“¡Christos Anesti!‘ (¡Cristo ha resucitado!)
Y que se atrevan a responder:
—¡Althos Anesti! (¡Él ha resucitado!)
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Aquí terminan las Reflexiones de Cuaresma de este año. Mi más sincero agradecimiento a los fieles equipos de traductores de todas las zonas horarias que hicieron su trabajo sin quejarse, incluso cuando deberían haberlo hecho por mi entrega tardía al día siguiente. Y gracias queridos lectores que han sido parte de esta peregrinación, por sus comentarios y mensajes que me han enriquecido y animado. Disfrutad del silencio. ¡Felices Pascuas!