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Oblatos

La Comunidad de Oblatos es una exploración, hecha en la visión de la Tradición Benedictina, de una forma de vida integrada, espiritual, apropiada para los hombres y las mujeres de hoy

¿Qué es un oblato o una oblata?

Originalmente oblates (del latín “oblatus” = ofrecidos) se refería a los niños que los padres ubicaban en el monasterio. Ellos elegirían si permanecer como monjes una vez que llegaran a la edad de la razón. Más adelante, como la institución monástica  llegó a ser más formalizada bajo la ley eclesiástica, los oblatos eran miembros residentes de la comunidad que por varias razones no tomaban oficialmente votos vinculantes. Con el tiempo, el término “oblatos” también comprendió a la gente que vivía fuera del monasterio pero que tenía una relación especial con él.

Los Oblatos Benedictinos dentro de la WCCM

John Main fundó una nueva clase de comunidad benedictina basada en la Regla y en la práctica de la meditación tal como fue enseñada en la Tradición del Desierto. Desde sus comienzos, él dio igual valor a las formas de compromiso hechas por monjes o por oblatos. Los oblatos, en su visión, no estaban solamente vinculados a una familia monástica; eran miembros plenamente participantes y contribuyentes. Esto representó un retorno a una antigua tradición y a la vez un nuevo e importante desarrollo.

Hoy la comunidad formada alrededor del mundo a través de la meditación, testimonia la convicción de John Main: “la experiencia contemplativa crea comunidad”. La meditación nos lleva a la esencia de la identidad monástica: la búsqueda resuelta de Dios. Ella naturalmente despierta nuestro sentido de compartir esta búsqueda con otros.

Por supuesto, no todos los meditadores se convierten en oblatos. La Comunidad Mundial para la Meditación Cristiana representa, junto con otros diversos grupos inspirados, una forma contemporánea de vida cristiana contemplativa. John Main creía que la meditación ofrecía un camino para toda la gente, hacia el más profundo misterio de la experiencia cristiana. Su gran contribución fue “el camino del mantra”; una disciplina simple que puede ser practicada por la gente en cualquier estado de vida. Para algunos meditadores las raíces monásticas de esta tradición les ofrece de una manera personal especial un contexto y una visión para su peregrinaje. 

¿Por qué la gente se hace oblato u oblata?

Practicar la meditación diariamente no significa que uno tenga que hacerse oblato. ¿Por qué entonces algunos meditadores lo hacen? Porque sienten el valor de expresar de una manera visible y humana el sentido de comunidad que ellos sienten con otros que buscan a Dios en este camino. Porque todos nosotros necesitamos apoyo, aliento, inspiración y el desafío de los demás para profundizar nuestro compromiso. Porque el sentido de tradición necesita volverse real en una comunidad viviente, y la tradición benedictina es suficientemente profunda y amplia para brindar hospitalidad a una gama muy amplia de personas. También porque ellos ven que la vida moderna puede estar falta de sentido, focalización espiritual y equilibrio. En la visión benedictina, tal como se ha desarrollado durante 1500 años, ellos ven los elementos de un saludable estilo de vida: un equilibrio y una armonía de cuerpo, mente y espíritu. Un contexto para el estudio de las escrituras y para un pensamiento espiritual que el camino de la meditación alienta naturalmente y lo vuelve una fuente de gozo.   

La visión oblata integra las dos formas gemelas de vida monástica, la soledad y la comunidad. Es básico para esta visión la centralidad de la oración – las diferentes formas de oración, que nos conducen a la “oración pura” de simplicidad y unidad tal como es enseñada por la Tradición del Desierto. Esto ofrece un sentido liberador de disciplina espiritual apropiado para el temperamento y estado de vida de cada cual.

Oblatos en Latinoamérica

A nivel internacional, formamos parte de la comunidad global de los Oblatos de la WCCM, dirigida hoy por el P. Laurence Freeman OSB. Y, en los diversos países latinoamericanos, formamos también una pequeña comunidad de oblatos. Algunos de nuestros oblatos tienen la suerte de vivir lo suficientemente cerca unos de otros como para reunirse mensualmente a rezar y apoyarse mutuamente. Estos encuentros regulares de los oblatos se llaman reuniones de la celda.

En otros lugares, muchos oblatos son predominantemente solitarios. Por lo tanto, gracias a los medios virtuales podemos crear comunidad y apoyarnos mutuamente. Nos conectamos a través de grupos de meditación semanales, reuniones de celda trimestrales y mentorías. A través de esta tecnología también podemos relacionarnos con los oblatos de la WCCM en otros países. Con lo que el P. Laurence llama “el uso sacramental de Internet”, nuestra comunidad oblata se dinamiza y se expande tanto a nivel nacional como internacional.

Días de Celda

Existe también una tradición creciente de ” Celdas Oblatas “, que son pequeños grupos de oblatos (dos son suficientes) que se reúnen regularmente para reflexionar sobre la Regla y su influencia en nuestra vida. La ” Celda ” ayuda a construir el vínculo de una comunidad oblata local dentro de la vida orgánica más amplia.

Los formatos de las reuniones de celda pueden variar, pero una reunión típica de celda pone en su centro un período de meditación, e incorpora el rezo de una parte del Oficio Divino, la lectura de una porción de la Regla de Benito, y la práctica de la lectio divina.

Los períodos de “compartir”, en el espíritu de la lectio, son también extremadamente importantes. Este compartir reflexivo de la respuesta atenta de cada oblato a la Regla, o a la Escritura, permite a los oblatos experimentar el poder de la sabiduría en comunidad. Esta experiencia se fomenta hablando con autenticidad y siendo escuchados profunda y plenamente. Así, este compartir, que es en realidad una especie de entrega mutua, es a la vez solidario y transformador. Esta experiencia es algo que los oblatos tenemos que ofrecernos unos a otros: este tipo de intercambio es, de hecho, una oblación mutua.

Discernir el llamado con la ayuda de un mentor o mentora

Cada recién llegado al camino oblato es emparejado con un oblato experimentado, llamado mentor, para ayudarle en el proceso de discernimiento que es central en nuestro carácter. Esto puede fomentar una amistad espiritual mutua, así como una mayor difusión de la sabiduría en nuestra comunidad.

Primeros pasos hacia la oblación

  1. Practica dos veces al día, durante algún tiempo, la meditación cristiana tal y como la enseña el P. John Main. Considera si estás discerniendo la transformación personal que conlleva esta práctica, y una llamada a profundizar esa transformación a través de la tradición de sabiduría benedictina.

  2. Ponte en contacto con el Coordinador o  la Coordinadora de  Oblatos de tu país o región, y expresa tu interés en el camino de los Oblatos. Habla también con los oblatos que conozcas y, si es posible, asiste a una reunión de la celda.

  3. Después de una conversación inicial alentadora con el Coordinador o  la Coordinadora de  Oblatos respectivo, espera unas seis semanas para considerar si este camino es para ti. Durante este tiempo, lee el artículo “Monásticos en el Mundo”, del P. Laurence Freeman, y el libro “Comunidad de Amor”, del P. John Main. También es una buena idea familiarizarse con “La Regla de San Benito” a través del comentario de Joan Chittister, La regla de San Benito: vocación de eternidad. (Este será el comienzo de un compromiso continuo con estos y otros escritos, si continúas en el camino oblato).

    También será de gran utilidad este documento sobre el Camino Oblato:

Etapas de la Oblación  

Postulantado

El primer paso es entrar en contacto con un oblato/a o una celda y expresar interés. Luego un periodo de Postulantado puede comenzar, para el cual hay una ceremonia muy sencilla. Durante este periodo, de alrededor de seis meses, el/la postulante se beneficiaría de concurrir a los encuentros de la celda y otros eventos en los cuales se encuentran los meditadores. (Los encuentros de la celda no son nunca “cerrados”). La persona puede incluso usar este periodo para desarrollar una clara comprensión acerca de lo que es y lo que no es la comunidad de oblatos. Una lectura del libro de John Main “Community of Love” sería una ayuda en esta etapa, junto con una lectura inicial de la Regla de San Benito

 Noviciado

El segundo paso es el comienzo del Noviciado Oblato, en lo posible, con una breve ceremonia de bienvenida y oración para pedir fecundidad para este paso. El noviciado oblato dura un año y puede ser extendido. Durante este tiempo, el novicio/la novicia comienza un estudio de la Regla, la tradición benedictina y la enseñanza de John Main y otros maestros de la tradición cristiana contemplativa. Aunque este año formativo no es primordialmente acerca de lectura, es importante asignar tiempo para esta tarea. La verdadera formación es la profundización de la toma de conciencia que tiene lugar en la medida en que la persona continúa meditando diariamente con un tranquilo sentido de la comunidad de meditadores, cercana y lejana.

Oblación Final

La tercera etapa es la Oblación Final que es realizada en el momento del viaje espiritual personal en que pueda expresar el paso al interior de una comunidad y una tradición viviente. No es un paso que tendría que apresurarse, y debería tener un periodo de discernimiento, como un retiro, durante el cual la persona pueda reflexionar sobre el significado de los “votos” benedictinos tal como puedan aplicarse a las circunstancias particulares de su vida.

 

 

Coordinadores Nacionales/Regionales del Oblatado 

Argentina/ Chile/Ecuador, Marina Müller.      

Colombia, Elba Rodríguez.  

 Paraguay/ España, Mary Meyer.

Venezuela/ México, Josefa Vivas.

Via Vitae

Boletín del Oblatado Benedictino de la WCCM