El símbolo de las dos palomas en el borde de un cáliz u otra copa es muy antiguo. Su uso por la Comunidad Mundial se inspira en un mosaico del siglo V en la tumba de Gala Placidia, una de las Iglesias Cristianas primitivas de Ravena, originalmente construida como tumba imperial. El símbolo de la paloma bebiendo es arquetípico. Es una metáfora de lo sagrado. La asociación con el agua, en la iconografía cristiana, evoca el simbolismo místico de la regeneración o purificación por el bautismo. La paloma es el símbolo cristiano del Espíritu Santo. En el arte cristiano, los siete dones del Espíritu Santo fueron representados como palomas en el Árbol de la Vida, o bebiendo las aguas de la sabiduría y la vida eterna. El Cáliz evoca el misterio del sacrificio, corazón de la Eucaristía cristiana, donde el Hijo se ofrece al Padre en el amor del Espíritu Santo, y une a toda la creación en esta oblación. Los dos pájaros sugieren la unidad subyacente de la vida activa y la vida contemplativa en cada ser humano. Marta y María son hermanas inseparables en la vida de todos los que adoran a Dios en la profundidad de su espíritu. Como dice John Main: “La meditación es la realización del Ser, de la pura acción. No puede ser un estado meramente pasivo porque lo que es energético como quietud es, en el punto más alto de la acción, energía – conciencia incandescente”. Apollonia Schofield, extracto