Un extracto de ” Queridos amigos ” por Laurence Freeman OSB en el Boletín del CMI, Edición Internacional, Vol. 44, No. 4, Abril, 2021, p. 5.
John Main dijo que el gran defecto de la Iglesia es subestimar el poder del Evangelio reduciéndolo a la moralidad y a la conformidad social. Así es como la tradición mística ha desafiado durante mucho tiempo al cristianismo institucional. La ciencia actual nos recuerda a menudo, mejor que la Iglesia, la maravilla de la realidad. [ . . . .]
El yo encarnado que cada uno de nosotros manifiesta es un microcosmos del cosmos y de una realidad eterna que se extiende a través de todos los tiempos. Las imágenes microscópicas de nuestros órganos interiores se parecen asombrosamente a las fotos de galaxias y cúmulos de estrellas. El cuerpo es un “nano cosmos” (un nano es la milmillonésima parte de un metro) y una belleza maravillosa une lo cósmico y lo microcósmico.
El pequeño espacio dentro del corazón es tan grande como este vasto universo Los cielos y la tierra están allí; todo lo que es y todo lo que no es: el universo entero está en Él y Él mora dentro de nuestro corazón. (𝘊𝘩𝘢𝘯𝘥𝘰𝘨𝘺𝘢 𝘜𝘱𝘢𝘯𝘪𝘴𝘩𝘢𝘥)
En Cristo habita encarnada la plenitud de la Divinidad. En Él fueron creadas todas las cosas: las que están en los cielos y las que están en la tierra, las visibles y las invisibles; y en Cristo todas las cosas subsisten. (𝘊𝘰𝘭𝘰𝘴𝘦𝘯𝘴𝘦𝘴 1)
En Cristo, en ese pequeño espacio del corazón, estamos en todo y todo está en nosotros.