La meta de nuestro viaje espiritual es básicamente (…)
El primero de los votos benedictinos, es el de “la obediencia”. (…)
Trabajar y orar fue el modo utilizado por los Padres y las Madres del Desierto (…)
En la tercera carta conocimos al “Demonio de la Acedia”. (…)
Íntimamente unido al voto Benedictino de la “Conversión”…
Benito concebía a la conversión como un proceso continuo. (…)
Los tres votos que hacen los monjes, las monjas y los Oblatos Benedictinos, (…)
Se dice que en cada época Dios hace surgir profetas y maestros para asegurarse que su trabajo sea
llevado a cabo.
Los primeros padres de la iglesia no tenían duda alguna de que la unión con lo Divino era posible para todos.
Sabemos por experiencia que no es sencillo meditar. Y lo hacemos aún más complicado al esperar poder ser capaces de desconectarnos…