El domingo pasado fue el ”Domingo de Laetare” y en el punto medio de la Cuaresma, tuvo un tono alegre. La liturgia dio una visión del resultado de la celebración de Pascua. En estas reflexiones he intentado mostrar que la oportunidad para tomar en serio la Cuaresma va más allá de renunciar a unas cuantas golosinas o indulgencias. De la misma forma que Ramadán es más que el ayuno durante el día y comer en exceso al atardecer. La Cuaresma en realidad moldea el tiempo para que comprendamos el proceso continuo de metanoia que va de la concepción a la expiración. Benito dice que la vida del monje- eso es quienquiera que “verdaderamente busque a Dios”- es una Cuaresma continua.
Benito era consciente de la fragilidad humana y la falta de concientización. Así, dice él, “Dado que solo unos cuantos tienen la fuerza para esto, instamos a toda la comunidad a una forma de vida más pura durante estos días de Cuaresma y a limpiar en esta época santa la negligencia de otros tiempos. Esto lo podemos hacer… al dedicarnos a orar con lágrimas, a leer, al remordimiento de corazón y a la autonegación. Durante estos días, por lo tanto, añadiremos a la medida usual de nuestro servicio a través de oración en privado y abstinencia de comida y bebida… así con la alegría del Espíritu Santo (1 tesalonicenses 1:6 deja que cada quien se niegue a si mismo de alguna comida y bebida, sueño, hablar innecesario y bromas ociosas, y esperar la Pascua santa con alegría y anhelo espiritual. (Capítulo 49).
Al llegar a cualquier punto medio es bueno ver hacia atrás y hacia adelante. Esto no ayuda a converger en el ahora, a estar más conscientes del presente y a hundirnos más profundamente en la libertad del tiempo que ofrece. Para vivir con una conciencia cada vez más profunda y expansiva, no hay fórmulas fijas, como un curso en antibióticos o comprar un boleto y dejar que el tren haga el resto, esto requiere que las hagamos al pie de la letra para que seamos salvados.
En Bonneavaux hemos tenido la primera semana de residentes para la Academia WCCM. Casi todos los miembros del grupo de 35 estudiantes han estado aquí con miembros de la Facultad aquí en persona o en línea. Muy pronto iniciaremos las clases en línea y reuniones con los tutores que se desdoblarán el un programa de dos años orientado en apoyar “la vida contemplativa”, en cualquier estilo de vida o etapa de la vida se encuentren los estudiantes. Ha sido una semana excepcionalmente alegre con casi un instantáneo el encuentro de mentes y corazones en amistad y el descubrimiento de una gran cantidad de cosas en común. Estaba bien organizado pero el espíritu de Bonneveaux también estuvo trabajando fuertemente. No fue difícil tener una muy bello Domingo de Laetare.
El día anterior habíamos visitado el monasterio más antiguo en Europa, nuestros amigos de Ligugé, ubicado a una corta distancia de Bonnaveaux. El Abad, Don Christophe, pasó la mayor parte de la tarde con nosotros, mostrándonos los cimientos la Villa Romana del Siglo I sobre la cual se construyó el monasterio en el Siglo IV. Con gran humor y gracia, deshaciendo las ilusiones piadosas acerca del monasticismo muy frecuentes en aquellos viven fuera de él. Nos dio también un conocimiento nuevo sobre oración de lectio, lectura espiritual, la pareja de la meditación. Regresamos a nuestro hogar en el buen valle con prueba de que compartimos el viaje humano con todos sin importar las diferencias en nuestras vocaciones, cultura o edad; que siempre tenemos algo que aprender unos de otros y enseñarnos unos a otros; y que cuando podemos decir “es bueno estar en casa”, empezamos a entender que estamos en casa en cualquier parte en el vasto universo; y que la Cuaresma no es algo tan duro.
Laurence Freeman OSB
Traducción: Guillermo Lagos, WCCM México