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Ciclo 2 – Carta 36: ¿Qué es el tiempo?

“Me parece que finalmente debemos ir más allá de todas las formas de pensamiento - aún más allá de la Trinidad, de la Encarnación…. Todas ellas pertenecen al mundo de los símbolos – manifestaciones de Dios en el pensamiento humano – pero Dios mismo, la Verdad misma está más allá de todas las formas del pensamiento” (Bede Griffiths OSB).

La Divina Realidad no sólo está más allá de nuestro pensamiento sino también más allá de nuestro sentido del tiempo común y corriente, dice Clemente de Alejandría en el Siglo II de nuestra era. A veces tenemos una experiencia diferente del tiempo durante la meditación. En tu grupo de meditación alguien puede preguntar: ¿Hemos estado meditando durante media hora realmente? La Dra. Shanida Nataraja explicó en cartas anteriores que la meditación cambia nuestro sentido normal del tiempo y del espacio; desaparecen los límites de espacio y tiempo, hay un sentido de eternidad y de conectividad.

Cuando salimos de la meditación nuestra mente común se hace cargo y reaparece el tiempo normal. Pero, ¿qué es el tiempo? Es una pregunta que ha preocupado a muchos sabios y místicos. Ellos enfatizan que el tiempo, el pasado y el futuro, son producto de nuestra mente racional. No es una cualidad integral permanente del Cosmos como un todo. Einstein demostró claramente la relatividad del tiempo en sus teorías. San Agustín en el Siglo IV nos planteó claramente el problema: “¿Qué es el tiempo?... Ahora bien, ¿qué es el pasado y el futuro? ¿ en qué sentido tienen existencia real, si el pasado ya no existe y el futuro no existe aún? En cuanto al presente, si siempre estuviera presente y nunca se escabullera hacia el pasado, entonces no sería tiempo, sería eternidad” (San Agustín, Confesiones, libro XI 17).

El único tiempo que posee existencia real es el tiempo presente: “Existen tres tiempos: el presente de las cosas pasadas, el presente de las cosas presentes, y el presente de las cosas futuras… memoria… atención… expectativa” (San Agustín, Confesiones, libro XI 26).

La atención es la cualidad que menciona como unida con el “presente de las cosas presentes”. La atención a nuestro mantra mantiene nuestra mente en el momento presente. Abandonamos los pensamientos que forman el pasado, nuestros recuerdos. Ellos son solamente nuestra percepción de las cosas pasadas. No son necesariamente imágenes de lo que sucedió realmente, sólo son imágenes de lo que pensamos sucedió o de lo que hubiéramos querido que sucediera.

También abandonamos nuestras expectativas, nuestras esperanzas y nuestros miedos. Ellos en realidad tampoco tienen sustento alguno; son solamente nuestros pensamientos, nuestras ilusiones y nuestras desilusiones.

En verdad solo estamos en el momento presente. Sólo en el momento presente, la eterna Realidad Divina, cruza al tiempo, como tan bellamente lo describe T.S. Eliot:

“La Curiosidad del hombre busca en el pasado y en el futuro

Y se aferra a esa dimensión.

Pero apresar

El punto de intersección de lo eterno

Con tiempo, es una ocupación para un santo –

Para la mayoría de nosotros, solo existe el momento desatendido,

El momento dentro y fuera del tiempo

Música escuchada con tanta atención

Que no se escucha, tú eres la música

Estos son solo indicios y adivinanzas,

Indicios seguidos por adivinanzas,

Y el resto es oración,

Cumplimiento, disciplina, pensamiento y acción.

Y la acción correcta es liberarse del pasado y del futuro".

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