“Para entrar en esta santa y misteriosa comunión con la Palabra de Dios que habita en nosotros, primero debemos tener el coraje de volvernos cada vez más silenciosos… un silencio en el que debemos escuchar, concentrarnos, estar atentos” (John Main, De la palabra al silencio).
John Main llama aquí nuestra atención al rol de la escucha profunda, de mantener la atención. Mantener la atención centrada en un punto tiene un efecto muy importante en el modo en que funciona nuestro cerebro, el modo en que nuestro cerebro nos permite recibir y sintonizar los diferentes niveles de la realidad.
La Dra Shanida Nataraja explica en su libro ‘The Blissful Brain. Neurocience and proof of the power of meditation’ que hay dos lados en nuestro cerebro y que el poder de la atención facilita el uso alternativo de ellos.
“El hemisferio izquierdo alberga el circuito neural que se ocupa del lenguaje y... el funcionamiento intelectual del murmullo del cerebro (es decir nuestro ego). Durante la meditación, al prestar atención se accede al funcionamiento del hemisferio derecho... Los experimentos sugieren que el hemisferio derecho captura una representación más veraz de las experiencias. Nuestro hemisferio izquierdo tiene la tendencia a filtrar nuestras experiencias de manera que encajen en nuestra establecida percepción de nosotros mismos y del mundo. Se capturan las experiencias que encajan en nuestro modo de ver el mundo y que “aumentan nuestro ego”, mientras que se ignoran aquellas que desafían nuestro modo de ver el mundo o que “minan nuestro ego”. Por otra parte, nuestro hemisferio derecho captura la experiencia completa y por lo tanto, cuando se tiene acceso al hemisferio derecho durante la meditación, con frecuencia surgen recuerdos completos que estuvieron largamente olvidados. Pueden surgir soluciones a problemas o dilemas que quedaron sin solución. La meditación, por lo tanto, nos proporciona un método que nos permite cambiar entre los modos de pensamiento y de percepción que conceden los dos hemisferios”.
El cambio entre los distintos modos de percepción, que nos proporciona una visión más completa de lo que somos, lleva a un auto conocimiento más profundo. Solamente al conocernos verdaderamente, abandonando los filtros a través de los que vemos la realidad, tendremos una visión de la Realidad Suprema.
John Main enfatiza su importancia: “La mayoría de nosotros debe ponerse en contacto consigo mismo para tener una relación completa consigo antes de poder abrirse a una relación con Dios. Para decirlo de otro modo, podemos decir que primero debemos encontrar, expandir y experimentar nuestra propia capacidad para la paz, la serenidad y la armonía, antes de poder comenzar a apreciar a nuestro Dios y Padre que es el autor de toda armonía y serenidad”. (De la palabra al silencio)